Los Mormones 3º Parte: Doctrina, Creencias y Prácticas




Las Sectas en Latinoamérica

12º Parte


P. Ignacio Garro, S.J.

Profesor del Seminario Arquidiocesano de Arequipa, ex profesor del Seminario de Trujillo.


Continuación





8.- DOCTRINA, CREENCIAS Y PRACTICAS DE LOS MORMONES


La doctrina de los mormones se halla contenida en el libro: "La Perla de gran precio", en el Libro sobre "Doctrina y Convenios" y de un modo particular en los "Artículos de la fe", que son los siguientes:

1.- Nosotros creemos en Dios, el Eterno Padre, en su Hijo, y en el Espíritu Santo.
2.- Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados y no por la transgresión de Adán.
3.- Creemos que, por la expiación de Cristo, todo el género humano puede salvarse, mediante su obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio.
4.- Creemos que los primeros principios y ordenanzas del Evangelio son: Primero: Fe en el Señor Jesucristo; segundo, Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para la remisión de los pecados; cuarto, Imposición de las manos para comunicar el don del Espíritu Santo.
5.- Creemos que el hombre debe ser llamado por Dios, por profecía y la imposición de las manos, por aquellos que tienen la autoridad para predicar el Evangelio y administrar sus ordenanzas.
6.- Creemos en la misma organización que existió en la Iglesia primitiva, esto es, apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc.
7.- Creemos en el don de lenguas, profecía, revelación, visiones, sanidades, interpretación de lenguas, etc.
8.- Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, hasta donde está traducida correctamente; también creemos que el Libro de Mormón es la Palabra de Dios.
9.- Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela y creemos que aún revelará muchas cosas grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios.
10.- Creemos en la congregación literal del pueblo de Israel y en la restauración de las Diez Tribus; que Sión será edificada sobre el continente (de América); que Cristo reinará personalmente sobre la tierra y que la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca.
11.- Nosotros reclamamos el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: adoren dónde, cómo y lo que deseen.
12.- Creemos en estar sujetos a los reyes, presidentes, gobernantes y magistrados; en obedecer, honrar y sostener la ley.
13.- Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer bien a todos los hombres; en verdad, podemos decir que seguimos la admonición de Pablo: Todo lo creemos, todo lo esperamos. Hemos sufrido muchas cosas y esperamos poder sufrirlo todo. Si hay algo virtuoso, bello o de buena reputación, o digno de alabanza, a esto aspiramos".

a.- La Biblia


Ya hemos visto cómo los mormones, junto a la Biblia, ponen otros libros igualmente inspirados y sagrados. Pero, ¿cuál es el valor de la Biblia para la fe mormona? Utilizan la Biblia ¿pero siempre de una manera correcta? En el 8º artículo de la fe hemos leído:

"Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, con tal que haya sido traducida correctamente".

La frase "con tal que haya sido traducida correctamente", parece una frase inocente y sin embargo, tiene una carga subjetiva explosiva, enorme, es evidente que sólo Smith y sus seguidores van a decidir cuándo está "traducida correctamente". Precisamente una idea fija que tenía Smith era que la Biblia había sido corrompida y que él, como profeta auténtico de Cristo, estaba llamado a dar la versión auténtica. Veamos:

"Creo en la Biblia, dice, tal como ha salido de la mano de los autores originales. Pero traductores ignorantes, copistas negligentes y sacerdotes intrigantes y sin escrúpulos, la han corrompido, cometiendo numerosos errores". (L`Etoile, abril, 1963, III).

¿Cómo pudo Smith llegar a esta conclusión? Desde luego que él no era un perito en materias bíblicas. Ignoraba las lenguas originales, hebreo, griego de la Koiné, latín etc. Es verdad que parece que sabía algunas letras en hebreo, pero no era, ciertamente, un experto en ciencias bíblicas. Lo que él sabía, lo sabía por la vía más directa y expeditiva: Dios se lo había revelado, (D. y C., 76), especialmente se lo revelaba el ángel Moroni, (Autobiografía, 2, 36-39), y por la traducción del libro de Mormón (Neh. 13, 24-39), en el que se dice que:

"La grande y abominable Iglesia (la Católica) por encima de todas las Iglesias ha adulterado el Evangelio del Cordero en muchas de sus preciosas partes, para pervertir los caminos del Señor, cegar los ojos de los fieles y endurecer sus corazones".

Smith dice que recibió el mandato divino de corregir la Biblia. Comenzó su trabajo en 1830 (a la edad de 15 años), tomo la Biblia en la versión inglesa del Jacobo, inicio su trabajo con los libros del A.T. pero en marzo de 1831, por mandato del Señor, la interrumpió para dar comienzo al Nuevo Testamento, en el que introdujo cosas a su gusto. Introdujo miles de cambios en el texto de la Biblia. Solamente en el N.T. añadió 128 versículos e introdujo cambios en 1745 versículos. Otro tanto hay que decir del A.T. Algunos de estos cambios se refieren a partes doctrinales y suponen serias alteraciones de su sentido original. 65

Pongamos un solo ejemplo en materia importante admitido por todas las confesiones cristianas, El texto es de Mt, 26,26-28, dice: "Tomad y comed porque esto es mi cuerpo". Smith traduce así:

"Tomad y comed, esto es un recuerdo de mi cuerpo"

¿Por qué hace estos cambios? Podemos sospechar que así desaparecía el conflicto existente entre los que creen en la presencia real eucarística de Cristo (es decir, los católicos), y aquellos que no admiten más que una presencia simbólica (es decir, los protestantes).


Finalmente el manuscrito de la "Versión inspirada" de Smith quedó en manos de su viuda y por eso no fue publicado por los mormones de Salt Lake y ellos no la usan. Como ya dijimos los mormones ponen sus libros inspirados a la misma altura que la Biblia, y esos libros los tienen como guía de inspiración y revelación cada vez que tiene algún problema interpretativo o conflictivo. La preeminencia de esos libros se basa en otro principio básico mormón: la continuidad de la revelación con tal que ésta se transmita por medio de los "Santos". 66 La revelación, por tanto, continúa abierta y no terminó con el último de los apóstoles. Así es difícil que se pueda establecer una doctrina fija, una ortodoxia, que se pueda contraponer a una herejía, ellos siempre tienen la revelación abierta hasta última hora, hasta el último instante.


b.- Dios Uno y Trino


El artículo primero de fe parece sostener una doctrina correcta que podrían firmar todas las confesiones cristianas:

"Creemos en Dios, Padre Eterno, en su Hijo y en el Espíritu Santo".

¿Pero, es realmente coincidente con la de los demás cristianos en la creencia en la unidad de Dios y en la Trinidad de Personas? Smith en un sermón de 1842 decía:

"Hemos supuesto que Dios existe desde la eternidad. Rechazo esta idea. Sí, Dios mismo, nuestro Padre común ha habitado en la tierra como el propio Jesucristo. Si se rasgase el velo y Dios que hace marchar al mundo, se nos manifestase, podríamos verlo bajo la forma de hombre como lo sois vosotros mismos".

Hay otros textos en que se afirma que Dios tiene cuerpo o se confunde simplemente con el Padre y con Jesucristo como si fueran lo mismo. Más tarde, en sus revelaciones posteriores, se fue consumando una evolución cada vez más clara hacia el politeísmo. Veamos:

"El Padre tiene cuerpo de carne y huesos, tan perfectamente tangible como el del hombre. Lo mismo el Hijo; en cambio el Espíritu Santo no tiene cuerpo de carne y huesos, sino que es un personaje espiritual". (Doctrinas y Pactos, 130: 22).

Hay afirmaciones más burdas como la de que Adán y Dios son una misma persona:

"Cuando nuestro Padre Adán vino al jardín del Edén vino con un cuerpo celestial y trajo consigo una de sus esposas, Eva. El es nuestro Padre y nuestro Dios y el único Dios con quien tenemos que ver". (Brigham Young, en: “Journal of Discourses", Vol. I. Pas: 50-51).

Y los mormones enseñan que hay múltiples dioses con una esfera de poder asignada a cada uno. Más todavía, predicarán que todos pueden llegar a alcanzar la divinidad. J. Smith, se pregunta "¿Qué clase de ser fue Dios en sus comienzos?" Y contesta: "Dios mismo en otro tiempo fue lo que somos nosotros ahora; él es un hombre que ha sido enaltecido hasta sentarse en el trono de los cielos". Esta frase es de un discurso de J. Smith, antes de morir y lo pronunció ante millares de adeptos y esta afirmación no se puede ni borrar, ni negar, ahí está.67 Los mormones pueden afirmar en sus fórmulas ortodoxas que creen en Dios Uno y Trino, pero tal y como lo entienden, es evidente, que no encaja con el concepto cristiano de Dios.

Orson Pratt Withey, otro de los teólogos líderes de los mormones dice:

"Lo que el hombre es ahora, Dios lo ha sido. Lo que Dios es ahora, el hombre puede llegar a serlo. Los dioses, los ángeles y los hombres son de la misma naturaleza, pero, residiendo en distintas esferas, han llegado a distintos grados de evolución. Dios es un ser resucitado, un hombre perfecto, con cuerpo carnal y huesos, pero vivificado por el espíritu en lugar de por la sangre, río vital de la mortalidad". 68

Brigham Young, el sucesor de Smith dice acerca de Dios:


"Cuando nuestro padre Adán, bajó al jardín del Edén, lo hizo con un cuerpo celeste, trayéndose consigo a Eva, una de sus mujeres en el cielo. Él fue quien prestó ayuda para que se organizara la tierra. Él es nuestro padre y nuestro Dios; Jesús, nuestro hermano mayor fue concebido por el mismo personaje que bajó al jardín del Edén (Adán) y que es nuestro Padre del cielo".


Como se puede ver con estas disparatadas afirmaciones, a Dios se le niega el poder creador, y se le concede solamente el poder organizador de los elementos del mundo, porque consideran que estos elementos son eternos. Se tiende a una identidad esencial entre Dios y las criaturas, y, al concederle a Dios, el dominio sobre las cosas, se considera que lo ha conseguido a fuerza de actividad y de esfuerzo. Según el P. Damboriena 69 partiendo de estos principios, las doctrinas de los mormones en relación al misterio de la Trinidad, de la Encarnación y de la Redención, tienen que ser burdas e inconsistentes. Si la divinidad suprema que ellos reconocen es de carne y hueso humanos, las Personas divinas que integran la Trinidad no pueden constituir Tres Divinas Personas en una sola Naturaleza Divina que componen una indivisible substancia. La insistencia de los mormones en la materialidad de Dios ha reducido la doctrina trinitaria a una concepción de tres dioses, o de un simple monismo, es decir un solo Dios que se manifiesta de tres maneras distintas.


c.- Cristología


Respecto a la persona de Jesucristo es muy difícil saber qué piensan los mormones. Por un lado lo elogian y alaban, pero en realidad no tienen ideas que puedan ser aceptables desde una óptica cristiana. Por otro lado, como hemos visto, la pluralidad de dioses que su doctrina introduce no deja lugar para el puesto único que a Cristo le corresponde en la obra de la Redención. Añádase a esto la preponderancia que entre los mormones se da a la figura de su fundador Smith, es tal la grandeza que a Smith le da que, Jesucristo, queda empequeñecido. Cristo es el Mesías, el Redentor, nació, según los mormones de la unión sexual de Adán con la V. María, murió en la cruz, resucitó, fundó la Iglesia y ahí queda todo. Desde los Apóstoles hasta los 15 años de edad de Smith, la obra de Cristo en la tierra, es un salto en el vacío, en el que aparece J. Smith, elegido por Dios para que refunda la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Los 1820 años de existencia de la Iglesia de Cristo no han sido sino una farsa. Los mormones suelen decir que la Iglesia de Cristo fundada en Jerusalén sobre los doce Apóstoles dejó de existir con la muerte del último Apóstol. J. Smith, al volverla a restablecer en el S. XIX, tomó la precaución, que por lo visto había descuidado Jesucristo, a saber: de proveer que haya siempre Doce Apóstoles.


El concepto que tienen sobre la Encarnación y nacimiento virginal de Cristo no puede ser más burdo y más disparatado. B. Young lo describe de esta manera:

“Cuando la Virgen concibió al Niño Jesús... él no fue engendrado por el Espíritu Santo... ¿Y quién es su padre? Nuestro hermano mayor, Jesús, fue engendrado en la carne por el mismo personaje que estuvo en el jardín del Edén y es nuestro Padre que está en los cielos" (Journal of Discourses", Vol. I, Págs.: 50-51.

Es decir, Jesucristo, para los mormones, no es el Verbo divino encarnado en el seno de la Virgen María por obra y gracia del Espíritu Santo. Luego, todo lo que de aquí viene es pura herejía y puro error teológico. Para los mormones Jesucristo es un personaje de la Biblia, muy importante, que murió por nosotros, pero ahí queda. Lo importante para ellos es que Dios, llamó a J. Smith para refundar la Iglesia de Jesucristo de los santos de los Últimos Días. Smith y su figura original y sus falsas teorías teológicas suplantan el ser y el existir real de Jesucristo en el acto Redentor, y la obra de la Redención no tiene fundamentación teológica alguna.

"La doctrina mormónica de la redención, envuelta en múltiples oscuridades, parece reducirse a lo siguiente. Los espíritus en su vida preexistencial eran inmortales, pero se convirtieron en mortales al ser envueltos en la carne. La finalidad, pues, de la redención consiste en que el hombre vuelva a adquirir a aquel estado primitivo y así, mirando el ejemplo que nos ha dado Jesucristo con su muerte y resurrección, pueda trabajar para ganarse su salvación".

Por ello, es claro que ningún cristiano, de cualquier iglesia que sea, se puede ver reflejado en la doctrina mormona.

"Los mormones usan el nombre de Jesucristo en el título de su iglesia; pero cualquier cristiano con discernimiento enseguida se da cuenta de que éste no es el Jesucristo a quien nosotros adoramos como el eterno Hijo de Dios, que murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras". 70


"Los mormones son cristianos en el sentido de que dan a Jesucristo una importancia muy grande; pero los "santos" creen en una serie de dogmas absolutamente contrarios a las enseñanzas de todas las iglesias cristianas; y para ello el protestantismo no ha hecho más que preparar el camino al mormonismo (libre interpretación de la Biblia, aversión y a veces odio a la Iglesia Católica y al Papa, subjetivismo religioso, visiones, revelaciones, etc.). Es verdad que, si bien es cierto que algunos mormones de tendencia moderada, dicen que son una rama del protestantismo, es mejor considerarlos como una cosa completamente distinta". 71

"Es comprensible que los protestantes rechacen con indignación, el que se pretenda considerar a los mormones como "secta protestante". Fiarse de la pretendida inspiración de un hombre (Smith), que ha tratado con tanta desconsideración los Libros Sagrados y se ha inventado tantos otros, es colocarse conscientemente fuera de la comunión cristiana". 72

Por eso en la doctrina de los mormones, la soteriología (la obra de la Redención de Cristo), queda totalmente desfigurada e irreconocible según el sentir de la Iglesia Católica y de las Iglesias históricas, en la que Cristo es el centro de toda la obra de la Redención y por sus méritos, nos vemos libres del poder del pecado y de la muerte, y con su Resurrección nos dio nueva vida. Esta obra de Redención continúa en la Iglesia fundada por Cristo hasta nuestros días, no hay otra iglesia que fundar, como la de Smith. Para los mormones el modo de conseguir la salvación eterna no aparece demasiado claro. Ellos dicen que no seremos castigados por el pecado original, sino solamente por los pecados propios (herejía pelagiana), pero aún en este caso, los atenuantes serán tales que hacen prácticamente imposible condenación eterna. Para los mormones no hay infierno, ellos dicen que para quienes hayan perdido culpablemente el tiempo en esta vida, la conciencia de que no alcanzarán jamás la más alta perfección, constituye ya un verdadero y suficiente infierno. En su lugar aparecerán diversos grados de felicidad. El grado más alto es para los "santos" y el más bajo está destinado para aquellos que en esta vida no han cumplido con su deber, a quienes se les dará una oportunidad en la otra vida. Solamente los apóstatas del mormonismo y los que hayan perseguido a los "santos" parece que habrán de purgar su pecado de un modo especial.


Todas estas doctrinas son totalmente contrarias y extrañas al sentir profundamente cristiano, es una verdadera deformación del cristianismo en nombre de Cristo y de J. Smith, con razón las mismas sectas protestantes dicen que los mormones no son cristianos, la Iglesia Católica también afirma esto. En los mormones la doctrina pelagiana (S.V) ha ido minando el valor real de la Redención de Cristo, sustituyéndolo por el esfuerzo personal del auto perfeccionamiento y del progreso conseguido por cada uno hasta lograr a base de esfuerzo personal la plena divinización. Así leemos:

" ... Y tenéis que aprender cómo ser dioses vosotros mismos y ser reyes y sacerdotes para Dios, del mismo modo que todos los dioses lo han hecho antes que vosotros, es decir, yendo de un grado pequeño a otro, de una capacidad pequeña a otra mayor". (Discurso de entierro de King Follet, Págs., 8-10). 73


d.- La Iglesia


Para los mormones la Iglesia de Jesucristo, todas las iglesias cristianas, después de la edad apostólica, abandonaron la doctrina de Cristo y se convirtieron en iglesias dirigidas por hombres en lugar de estar dirigidas por Dios. No nos vamos a detener en la feroz agresividad con que ya el Libro de Mormón ataca repetidamente a la Iglesia Católica. 74 Es consecuencia de uno de aquellos casos de anacronismo religioso en los que J. Smith se traiciona y manifiesta sus propias preocupaciones y sentimientos. Así habla, según el modo protestante sectario de "la Iglesia grande y abominable que es más abominable que las otras iglesias", 1 Nefi 13, 26. Y en 1 Nefi 14, 17; la llama: "la madre de las rameras", y así como estos otros epítetos injuriosos que no parecen dignos de creer en un profeta que dice ser elegido de Dios.

Para los mormones, la única iglesia verdadera es la suya, la restaurada por J. Smith y que es heredera de la que fundó Jesucristo en América y para la que el profeta Mormón y su hijo Moroni guardaron las preciosas planchas de oro, en las que están escritas todos los datos de la verdadera revelación. En esta iglesia restaurada por Smith se heredarían los dos sacerdocios del Antiguo Testamento: el de Aarón y el de Melquisedec. En vano el texto sagrado del sacerdocio de Cristo, en la carta de los Hebreos, nos dirá que el sacerdocio de Aarón ha pasado definitivamente después del sacrificio redentor único de Cristo y que Él es el único Sacerdote, Heb 7, 11-12. Querer, por tanto, resucitar el sacerdocio de Aarón, es no sólo una regresión al pasado, un retorno inadmisible al A. T. sino además como una negación de la Venida de la obra de Cristo.

Sin embargo, eso es lo que hacen los mormones, que desde la edad de los 12 años reciben el sacerdocio de Aarón. El mismo, J. Smith, pretendía haber tenido una aparición en la que Juan el Bautista le había conferido a él y a su asociado Oliver Cowdery, el sacerdocio de Aarón. En vano nos dirá Smith que el sacerdocio de Melquisedec en la Carta a los Hebreos 7, 24, pertenece a Cristo exclusivamente porque El es el Hijo de Dios, perfecto y eterno, y nos dirá que su sacerdocio es "intransferible". Smith, y los mormones desde los 14 años reciben el sacerdocio de Melquisedec y nos les da vergüenza pasar por encima de la Palabra de Dios revelada y atropellar las enseñanzas más claras de la Biblia correctamente traducida.

La iglesia de Smith, marcada por las continuas y sucesivas revelaciones está totalmente abierta a nuevas revelaciones, ya que, su Presidente, quienquiera que sea, es siempre profeta, vidente, y revelador, y sus revelaciones, después de haber sido aprobadas por el Consejo de los Doce Apóstoles son vinculantes para la comunidad. El Consejo de los Doce Apóstoles elige al presidente y éste elige a los consejeros. Estos quince personajes tienen todo el poder legislativo, judicial y ejecutivo. Ya hemos dicho que hay dos tipos de sacerdocio: el de Aarón y el de Melquisedec.

1.- El sacerdocio de Aarón se preocupa de los asuntos temporales de la iglesia y consta de los siguientes grados:
.- Obispos
.- Sacerdotes
.- Instructores
.- Diáconos

2.- El sacerdocio de Melquisedec gobierna los asuntos espirituales y consta de:
.- Los Doce Apóstoles
.- Los Grupos de los Setenta y Dos
.- Los Patriarcas
.- Los Jefes de las Comunidades Locales

Los Doce Apóstoles dirigen la misión apostólica en el mundo entero. Los Grupos de los Setenta y Dos son misioneros que pueden ser enviados a cualquier parte del mundo. Los Patriarcas tienen el oficio de bendecir y de consolar. Los Jefes de las Comunidades Locales están asistidos por los Ancianos. Por encima de todos ellos está el Presidente de la iglesia, que es al mismo tiempo vidente. La iglesia está dividida territorialmente en "estacas" y "barrios", que en las misiones se llaman "ramas". Al frente de cada "estaca" hay un presidente, dos consejeros, y un alto consejo compuesto de doce miembros. El "barrio" lo administra un obispo y dos consejeros. Las "estacas" se organizan en territorios que pueden constar de 10.000 personas. Hay, además, numerosas asociaciones auxiliares, como la Asociación Femenina de Socorros, con una finalidad diaconal; la escuela Dominical; las Asociaciones Masculina y Femenina de Mejoramiento Mutuo, que atiende a las necesidades religiosas, culturales, recreativas de los socios y hay otra especial para los niños. La Sociedad de genealogía, que proporciona las listas de los antepasados remotos por los que hay que hacer el "bautismo de los muertos".

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Referencias:


65 Artículo de "L`Etoile", abril 1965, 113-114.
66 "Fe Católica e Iglesias. Sectas de la Reforma", Prudencio Damboriena, S.J. Pág. 949. Edit. Razón y Fe. Madrid, 1961.
67 "The King. Follet Discourse" J. Smith. Utah.
68 "Sectes modernes et Foi Catholique" P. Lavaud, O.P. Pag. 100-101. Edit. Aubier, Paris 1954.
69 "Fe Católica e Iglesias. Sectas de la Reforma" P. Damboriena, SJ. Edit. Razón y fe Págs.: 950-952.
70 Gorfon H. Fraser, "¿Es cristiano el mormonismo? (sin fecha, ni editorial).
71 "Les mormons", G. H. Bousquet, Paris, 1967. Pág. 113.
72 "Connaissez vous les mormons?". H. CH. CHèry, O.P. Paris, (sin fecha).
73 "Los mormones". Ernesto Bravo, SJ. Pág. 71. en "Las sectas en América Latina”. Edit. Claretiana - Celam. Buenos Aires 1989.
74 Aquí se nota la influencia, en J. Smith, de la reforma protestante iniciada por Lutero. La Iglesia Católica es la gran prostituta, la enemiga del mismo Cristo. La gran ramera, del libro del Apocalipsis, etc.


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Continuará


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Agradecemos al P. Ignacio Garro S.J. por su colaboración.


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